La dispepsia o síndrome dispéptico es un conjunto de síntomas que incluyen dolor o molestias en el abdomen superior así como síntomas de quemazón o ardor en el mismo lugar, sensación de plenitud (sensación de estar lleno con muy poco), saciedad precoz (a las 17 hs parece que hubieras almorzado hace 30 minutos cuando en realidad lo hiciste al mediodía), náuseas, eructos y distensión.
Mientras los síntomas de dispepsia pueden aparecer debido a enfermedades como la úlcera péptica, la gastritis, la enfermedad celiaca, tumores, etc., la gran mayoría de los pacientes con síndrome dispéptico (que para no confundirnos la llamaremos dispepsia no estudiada) tienen finalmente el diagnóstico de dispepsia funcional.
La Asociación Americana de Gastroenterologia (AGA), en una reunión realizada en San Diego, EEUU, en el año 2012, estableció las normas de evaluación para pacientes dispépticos y en su contenido se establecen los criterios que deben emplearse, así como los estudios necesarios para su diagnóstico.
Esta metodología tiene como base conceptual la estratificación de pacientes de acuerdo al riesgo de presentar una enfermedad neoplasica o no. Se basa en criterios que tienen en cuenta la edad, la jerarquía de los síntomas, y también la presencia o no de alteraciones en el estado emocional, es decir la presencia de un estado de estrés.Toda esta criteriosa evaluación apunta, por un lado a optimizar el uso racional de los recursos económicos disponibles en las instituciones asistenciales publicas, en los sistemas de salud privados y de los propios pacientes particulares, y por el otro, a evitar someterlos a un riesgo, que si bien puede ser mínimo, no deje de ser innecesario.
Siguiendo estos criterios, lo que recomiendan, es de acuerdo a cada caso, o bien intentar un ensayo terapeutico con medicacion y evlauar la respuesta dentro de las 4 semanas, o bien estudiar al paciente de inicio mediante estudios endoscopicos (VEDA), ecograficos, y de laboratorio.
Sin lugar a duda la mejor forma de acercarce a un diagnostico de dispepsia es la consulta medica, en donde se escucha al paciente, necesitando solo 2 sillas y un escritorio.
Al igual que otros trastornos funcionales del tracto digestivo, la dispepsia funcional se puede manejar al punto de permitirnos realizar una vida normal, y hasta olvidarnos de que la padecemos. Siguiendo estas medidas:
1-Dieta
La mayoría de los pacientes con DF tienen síntomas asociados con la ingesta de alimentos. Por ello, suelen hacerse una variedad de recomendaciones acerca de la dieta, aunque ningún estudio clínico ha evaluado formalmente a las intervenciones específicas de la dieta en el tratamiento de la DF. Existe información limitada, pero una dieta grasa puede inducir o exacerbar síntomas y los pacientes suelen reportar mejoría con comidas bajas en calorías y comidas en porciones más pequeñas.
2-Cambios en el estilo de vida.
3-Erradicación del H. pylori
Aunque los estudios y el tratamiento para el H. pylori están recomendados y usualmente son utilizados, la erradicación de la infección por H. pylori generalmente no mejora los síntomas en pacientes con dispepsia. Existe un pequeño beneficio sobre el placebo en la erradicación del H. pylori y un reciente análisis encontró que solo uno de 14 pacientes con DF infectados con H. pylori se beneficia con el tratamiento.
4-Medicamentos que disminuyen el ácido gástrico.
Los bloqueantes H2 como la ranitidina (Taural), son los agentes de uso inicial utilizados por los médicos de atención primaria y son parcialmente mejores que el placebo en mejorar el dolor en el abdomen medio-superior (epigastrio) aunque no mejoran los otros síntomas de dispepsia. Si los bloqueantes H2 fallan en mejorar los síntomas, la mayoría de los médicos utilizan un inhibidor de la bomba de protones (IBP)-omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, pantoprazol o esomeprazol.
Existe información reciente sugiriendo que el uso prolongado de IBP (mas de 10 años) al combinarse con otros factores de riesgo, pueden colocar a algunos pacientes con algún grado de inmunocompromiso, en un incremento de riesgo para colitis por clostridium difficile, o neumonía por microaspiraciones y fractura de cadera. No obstante, el riesgo global del uso a largo plazo de los IBP parece ser relativamente pequeño si no insignificante.
5-Agentes proquinéticos (pro: a favor , kinesis: movimiento).
Existe información que sugiere que los síntomas de sensación de plenitud, saciedad precoz, y molestias luego de la comida, pueden responder ante el uso de medicamentos que incrementan la motilidad gastrointestinal y el vaciado estomacal (agentes proquinéticos).
Los medicamentos tales como la metoclopramida (Reliveran) y la domperidona (Euciton) son en la actualidad las drogas más utilizadas. Desafortunadamente, la metoclopramida tiene efectos adversos significativos que incluyen la ansiedad, somnolencia, disminución de la libido, y tumefacción mamaria así como trastornos neurológicos del movimiento. La domperidona parecería reducir estos efectos. La utilidad de la terapéutica proquinética en la dispepsia funcional, no está probada hoy en día por estudios, aunque en la práctica diaria encontramos respuesta favorable en forma frecuente.
6-Terapias de acción central
La mayor parte del control de las funciones y sensaciones digestivas están bajo el control del sistema nervioso central; las drogas que se dirigen a los mecanismos centrales de control pueden tener valor en el alivio de los síntomas. Los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina 25 mg (Trypatnol)) utilizados en dosis más bajas que las requeridas para tratar la depresión, pueden mejorar los síntomas de dispepsia en pacientes en los que no se han beneficiado con el tratamiento con los medicamentos anteriores.
Otra clase de antidepresivos, los inhibidores de la recaptación de serotonina, no han sido bien estudiados en el tratamiento de la DF, sin embargo, aparecen como efectivos en el tratamiento de otros trastornos funcionales digestivos (Paroxetina, Sertralina). Finalmente, estabilizadores del estado de animo (Escitalopram) mostraron muy buenos resultados.
La hipnoterapia puede mejorar los síntomas de dispepsia en algunos pacientes y un estudio reciente halló que la hipnoterapia fue mejor que el tratamiento médico y la terapia de soporte en la mejoría de la calidad de vida y las escalas de síntomas. Aunque no están bien estudiadas las terapias psicológicas, incluyendo la terapia cognitivo conductual, también pueden mejorar síntomas de dispepsia.